30.11.08

Jorn Utzon (1918-2008): discurso de aceptación Premio Pritzker (2003).ES

Traducción libre de LHA sobre el discurso de Jan Utzon realizado en representación de su padre, premiado en 2003.


"Majestad, Excelentísimas Personalidades, nos sentimos gratamente honrados de vuestra presencia hoy aquí. Quiero disculpar, en nombre de mi padre, su ausencia en este acto, que se debe a razones completamente ajenas a su voluntad. Debo agradecer las bellas palabras que han dedicado a él. Palabras que yo le trasladaré, palabras que recibirá como parte del premio.
Es para mí emocionante estar aquí hoy recibiendo el Pritzker Prize de Arquitectura en representación de mi padre. Él me ha pedido que exprese su alegría y agradecimiento a la familia Pritzker y a los miembros del jurado por honrarle de este modo.
Como hijo desde hace casi 60 años y como asociado profesional durante más de 30, me siento profundamente agradecido de representarle por todo el honor que conlleva recibir un premio Prizker y su influencia en nuestro estudio y en mí mismo.
Cuando mi padre estaba en su año final de escuela después de una no muy brillante etapa en la institución, le contó a uno de sus profesores que se estaba planteando ser arquitecto. El profesor le respondió que quizá era la única cosa para la que realmente parecía estar capacitado.
Con la entrada en la Royal Academy of Fine Arts de Copenhage se encontró con un mundo completamente nuevo. De pronto, se sintió rodeado de mentes y personas con las que tenía intereses intelecturales comunes, algo muy distinto a los aburridos años de colegio.
Su carrera se debe a una confluencia de varias circunstancias, otros arquitectos, artistas, la naturaleza, la diversidad de culturas y por supuesto sus padres que insuflaron en él un refrescante estilo de vida. Él no se olvidaría tampoco de mi madre Lis, su esposa por más de 60 años, y la única persona que realmente ha estado junto a él de forma constante durante su carrera, animándole a desarrollar su profesión con la intensidad necesaria para alcanzar los resultados que hoy podemos disfrutar.
Es a causa de la fortuna que siempre acompañó a mi padre que yo esté aquí hoy. Cuando comenzó a practicar la arquitectura en los primeros años de posguerra en Dinamarca, la economía del país estaba hundida y era difícil encontrar trabajo. Participó en gran cantidad de concursos de arquitectura hasta que ganó el diseño para la Sydney Opera House, lo que supuso un punto de inflexión en su carrera: desde su trabajo en la pequeña Dinamarca, con unas reducidas posibilidades de saltar al exterior, experimentó que el mundo se abría a él de pronto, dándole la posibilidad de trabajar en otras culturas, con otras gentes.
Este proyecto fue la gran piedra angular de su trabajo internacional que nos trajo a él y a su familia la oportunidad de conocer una buena parte del mundo. Mi padre encontraba siempre la inspiración en la gente que le rodeaba, incluidos nosotros, sus hijos. Disfrutaba mucho de las gentes, de los lugares diversos, su naturaleza, luz y color, etc. y todo lo que giraba alrededor de él. El entusiasmo que siempre expresaba sobre las cosas que le gustaban o admiraba tuvieron un efecto positivo en el resto de nosotros. He oído varias veces a algunos obreros decir cuán bueno ha sido para sus vidas trabajar con mi padre.
Realmente cuando creces en un ambiente así difícilmente te das cuenta de la situación especial en que vives. Y no fue hasta que no me aproximé a Sydney que comencé a darme cuenta que mi infancia estaba siendo irrepetible. Sydney supuso en nuestras vidas una sucesión de maravillosas experiencias sólo temporalmente interrumpidas por el desafortunado final del trabajo de mi padre allí. Por ello fue para él ilusionante el nombramiento como arquitecto consultor para el desarrollo de las directrices de futuro de la Sydney Opera House.
Cuando le oigo hablar del entonces Premier de New South Wales, Joe Cahill ,me doy cuenta de su enorme amor por Australia y la maravillosa gente que se encontró mientras estuvimos viviendo allí, y me hace muy feliz darme cuenta de que de nuevo había recuperado el trabajo más importante de su vida. Como hijo y asociado, ha sido un gran privilegio trabajar para él durante todos estos años y fue una enorme suerte formar parte del equipo que desarrolló la Sydney Opera House.
Después de que la familia abandonáramos Sydney mi padre trabajó en Dinamarca, en Suiza y en los Estados Unidos. En los años siguientes impartió clases en la Escuela de Arquitectura de Honolulu y ganó un concurso para el nuevo Parlamento de Kuwait. Durante este tiempo mis padres decidieron construir su primera casa en la bella isla de Mallorca. En principio iba a ser un lugar de vacaciones, pero pronto se convirtió en la residencia habitual. Mi padre disfrutaba trabajando con los artesanos locales porque encontraba un paralelismo con los artesanos que había conocido durante su infancia en Dinamarca.
El primer día, mi padre apareció en la obra con algunas botellas de vino, y los obreros que iban a trabajar en ella supieron que era un hombre con ideas nuevas y que algo iba a cambiar en el desarrollo de su trabajo. Y el suave clima, la generosidad de la gente, la naturaleza y la cultura de Mayorca y España pasaron a ser parte integrante de la vida de mis padres. Y después de estar 25 años en este lugar maravilloso llegaron a la conclusión que no había un lugar mejor para vivir..."


Fuente: the Pritzker Architectural Prize
Traducción libre